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Historia de la Teja

HISTORIA DE LA TEJA CERAMICA

Desde tiempos prehistóricos, el hombre ha tratado de encontrar cubiertas fuertes y resistentes para sus chozas, con el fin de obtener protección contra el clima menos favorable.  


Con la evolución, el hombre descubrió diferentes formas de hacerlo, llegando así al descubrimiento de la teja ceramica.


La cerámica utiliza la arcilla como materia prima. Al descubrir que se endurece con el fuego, la gente exploró cocinarlo, haciéndolo más fácil de moldear, creando así las primeras tejas. Luego descubrieron que al endurecer la arcilla en hornos a través de la cocción, se volvería mucho más resistente.



Varios pueblos utilizaron el conocimiento de la cocción del barro, por lo que es difícil determinar su origen. Sin embargo, en Portugal, el uso del azulejo se debe al Imperio Romano, que, al promover el uso de este material, difundió todos sus secretos relacionados con este tipo de arte.

Con el paso de los años, sigue siendo muy actual en la actualidad, debido a la abundancia de material y fácil manejo. Este uso fue adaptado, mejorado y modernizado, dando como resultado nuevos y diversos modelos de tejas.


La teja tiene así varias ventajas, no solo por su estética, sino también por sus propiedades resistentes a la intemperie, impidiendo la infiltración de agua o viento, convirtiéndola en un elemento de confort en su hogar.


Para completar las ventajas, también es ecológico el uso de las tejas, consideradas un producto de gran durabilidad y económico.